La gloria se firma con rojo…
Me permitiré la licencia de hablar sobre alguien que admiro, alguien que habla muy poco, alguien que apura en silencio cada minuto que le roba al tiempo. Porque de las palabras tan sólo queda el eco pero del triunfo, personal me refiero, queda toda una vida sintiendo que ahí quedó hecho.
La palabra Amigo es enorme y no creo que yo merezca tal nombramiento pues nos vemos de mucho en mucho y seguro que los tiene más ciertos. Pero sabe que siento sus logros como propios y me enorgullezco, además creo que vale más como persona que aquello que cuelga en su cuello.
Dedicación, entrega y miseria son el precio de la pasión, el desvelo y el sufrimiento por conseguir todos los retos que Pedro Romero Ocampo se ha propuesto. Porque cada instante sobre los pedales son eternos lamentos del corazón por llegar a cada puerto sin conocer el desvanecimiento de unas piernas que, a modo de bielas de carne, aguantan la fricción de los años y el daño de los fracasos.
No quiero encumbrar a quien no lo necesita, es más, no me importan los éxitos ni victorias, me es indiferente la posición de sus batallas. No quiero hoy hacer más grande algo de lo que todo el mundo habla. Quiero reivindicar la soledad de las horas, la dificultad del alma, la fortaleza del hombre cuando tú, y sólo tú, pareces encontrar sentido a tanto bregar sin calma.
Admiro la concesión que su vida le ha dado a las armas con las que suele conquistar las metas y con las que disfruta cada mañana. Sus caballos de metal le han comentado en silencio que pronto vendrán otros potros con sed y con más aliento. Pero siempre retuerce los puños aplacando esos lamentos, quiero que potro que venga sufra por detenerlo pues no hay más placer en el barro que ser superado muriendo.
Mi aprecio por Pedro es enorme, también al ciclista que es, pero es la persona el motivo de las líneas que hoy me dio por escribir. No necesito más tiempo ni siquiera nada más que decir. Esta mañana me levanté con el deseo de expresar, porque sí, que soy muy afortunado por conocer gente así.
A mi Amigo Pedro Romero Ocampo, con todo mi cariño, respeto y admiración.
Agradecimientos a puro ciclismo.es y a estadionorte.com por las fotografías prestadas.
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Obra registrada a nombre de Justino Hernández en SafeCreative.
Totalmente de acuerdo contigo….es un referente como persona y como deportista….me siento orgullosa de ser su amiga.
Efectívamente María del Mar. Pedro consigue lo que consigue por el gran ser humano que lleva dentro. Los éxistos deportivos son sólo consecuencia de lo anterior. Gracias por tu comentario.
Creo que el comentario que has hecho sobre mi hijo Pedro, es uno de los premios más importantes que ha recibido en su vida, pues valoras a la persona por encima del deportista, que es lo que siempre he valorado y admirado de él. Gracias amigo. Tomás Romero.
Muchísimas gracias a Usted, de corazón, por valorar mis palabras. Nos vemos poco,desgraciadamente,pero cuando le veo,soy tan afortunado que veo más allá del gran deportista de élite que es. Hablo con Pedro a secas y disfruto tanto o más que viéndole sobre la bici(…y mire que esto último es un verdadero espectáculo). Ciertamente no me extraña que los frutos sean tan buenos, el árbol es noble y señor. Todo mi respeto, cariño y ánimos. Forman el mejor tandem posible para ganar esta carrera. Un fuerte abrazo y hasta pronto Sr.Tomás. P.D:Tenemos un café pendiente.
alma dichosa que vas ensillando tu caballo de acero,no perezcas delante del viento y encuentra alivio de tus tormentos.la tinta roja fluye como fantasmas invadiendo las estrechas venas que muestran firmeza y sufrimiento,humildad y respeto.corre ,corre,por todos los caminos,alcanza lo perfecto..vuela como en tus sueños…
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