El día 6 de Enero de 2.016, di inicio, y dejé entreabierta la puerta de mi rincón favorito para tod@ aquél que quisiera compartir, aunque fuera, en pensamiento, las pequeñas o grandes ocurrencias que atraviesan por mi mente en lo que me queda sobre este maravilloso lugar que es la Tierra y en este estupendo viaje que llamamos Vida. Ojalá que sea para mucho tiempo…escribir, digo.

No habrá jamás intención alguna de convencimiento o adoctrinamiento, de los que deseo huir y a los que considero estériles de inicio a fin. Por esta razón, tan sólo busco, personalmente, la posibilidad que me ofrece el «anonimato» de la red para compartir y recibir, en su caso, cuantas ideas de vuelta que suscite con las mías. 

Solicito las disculpas de cada lector@ o visitante si en algún momento le molestan mis comentarios, mi forma de considerar la realidad o, simplemente, la ausencia de calidad en cada una de mis líneas. No hay empresa más noble que la de intentar superarse asumiendo de inicio que soy un mar de errores y un pozo de dudas sin fondo.

Les invito a disfrutar junt@s de la suerte de la palabra, de la emoción de las sensaciones, del abanico de posibilidades que da expresarse individual y colectivamente, y del placer que da reconocerse en otros ojos, otras manos, otras bocas que pestañean, se aprietan y estremecen, o sonríen tras leer unas líneas enamadas del centro del corazón.

Muchas gracias a cuantos visiten este pequeño rincón y espero verles de vuelta. Esa será una buena señal, no sólo para mí, sino para el resto de personas que formaremos este grupo.

A partir de hoy somos, más. A partir de hoy somos tod@s.

Señores, señoras…tomen asiento, o no, les invito a pasar a mi rincón. Un abrazo.

Justino Hernández.