…Con los bolsillos llenos de abrazos.
Hoy me permitiréis que escriba cuatro líneas tan sólo para justificar lo innecesario, para argumentar aquello que no necesita base y, sobre todo, apuntalar algo que se fortaleció hace tanto tiempo que derrumbarlo sería poco menos que imposible. Voy a hablaros del tiempo, de mi tiempo.
Muchas de las personas que me aprecian y reciben de forma recíproca, o por lo menos lo intento, todo el cariño que puedo darles, me preguntan una y otra vez que cuál es el origen, el sentido, la motivación que me mueve a darle vida a Emocionalia. encuentran, más o menos, interesante lo que leen, dependiendo del día, del momento, de su estado de ánimo o, vete a saber qué, y finalmente se quedan con la idea o deciden desecharla y la eliminan de su memoria a largo plazo. Es una decisión totalmente libre, necesaria y, de todas, todas enriquecedora al fin y al cabo. Leer es un acto de purificación mental y espiritual siempre muy recomendado.
Pues bien, podría argumentar, como digo, con un montón de razones para tratar de satisfacer dicha pregunta ,que por otra parte tampoco creo que les perturbe más que la sana curiosidad, pero sólo trataré de ser sincero. El concepto «tiempo» es algo que me cautiva y a la vez me hace sufrir por sentirlo tan finito y volátil. Y siento la necesidad imperiosa de aprovecharlo al máximo….
¿Cuántas veces no hemos sentido el deseo de expresar aquello que sentimos, de hacer aquella actividad que nos apasiona o de contarle a nuestra pareja que nos iríamos a realizar ese viaje absurdo pero fantástico que se marchita en la imaginación?…En ocasiones, cierto es, cuestiones económicas, de salud, laborales o de otra índole, no nos permiten realizarlas. Pero creedme si os digo que la mayoría de las veces somos nosotros los que nos fabricamos excusas, muros infranqueables, motivos casi intangibles para no fabricar nuestros sueños, para no cumplir aquel deseo que nos hace feliz o aquella idea que siempre anidó en nuestra imaginación y ,lo que es peor, por miedo a los demás, a su aceptación, a la bondad o idoneidad que le conceda el mundo que nos rodea…No te preocupes por la vida de los demás, ni te importe que los demás se preocupen por la tuya, a fin de cuentas, tu vida la vives tu y al final de la misma moriremos con pasaporte individual.
Me apasiona escribir, crear, expresarme, aunque eso no me atribuya bondad alguna ni tampoco busque su merecimiento. Advierto en cada palabra, cada frase, cada línea que está haciendo crecer este rincón en el que estás, que podrían ser mejoradas, que seguramente alguien las calificará como anodinas, estériles o huérfanas de sentido, pero lo más que puedo decir es que es una pena no confluir en algún punto y seguido pues en cualquier punto y aparte se puede bajar el que lo desee y muchas gracias por venir…
Creo que todos los seres humanos estamos interconectados con algo que nos apasiona, con sentimientos que nos dan vida, con percepciones que nos aportan maravillosas sensaciones capaces de transformarnos y hacernos sentir muy, muy felices. Y creo que, el siglo XXI nos llevará en volandas a una sociedad que utilice conexiones virtuales para tomar café, fibra óptica para desplazarnos a París en cuestión de décimas de segundo, o un par de teclas para ver la cara del hijo o hija que se fue lejos de nuestro lado…Todo ello sin estar reñido con la estupenda sensación que ofrece la relación humana cara a cara, la calidez de un abrazo de cinco segundos o el extraordinario cosquilleo de un te quiero susurrado al oído. No existe conflicto. Yo, no lo veo.
Emocionalia nació, hace ahora una semana en la red, pero vive en mi cabeza, en mi corazón desde hace años y tod@s las personas que se cruzaron en mi camino le dieron, sin saber, forma y color. Tú que me estás leyendo eres responsable también de esta pulsión porque participas del misterio que crear historias de la nada, de darle cuerpo, de ponerle cara a personajes que viven en algún universo paralelo y que nos hacen soñar con los relatos a los que dan vida. Gracias por ponerte al otro lado de la red, con el reflejo de la pantalla, con tus ojos presos de curiosidad esperando mis p
alabras. Siempre fui una mente inquieta, que no de calidad, y disfruto de la vida, de los pequeños momentos y de mi paz. Esto me la trae a sacos y lo cierto es que me va a costar abandonar, si ves que lo pienso en algún momento, por favor, házmelo mirar…
Un abrazo de corazón y sincero a ti que me lees. Gracias.
Agradecimientos a superarteatimismo.com por la fotografía de los dedos.
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