Emocionalia

Los caminos del Universo

Los caminos del Universo

 

En los caminos del Universo hay antagónicos y descreídos, mercaderes de la desilusión, furtivos de la tristeza y personas sin corazón. Todos agolpados a las puertas del rechazo, bien porque jamás lo sintieron, bien porque no hubo en la vida nada que desearan con mayor intención. Lo cierto es que el Amor nunca tubo medida, ni equilibrio ni parangón. Quien bebió de sus labios se marcó para siempre y hasta el día de su muerte utilizará la tensión de aquel beso para sonreír al pronunciar su nombre, al recordar el primer olor, al estremecerse recordando el roce de unos dedos… Siglos de necios cantándole al sol, murmurando entre dientes al alba y escribiendo versos a guardar en algún rincón.
Hoy me encontré en algún lugar de mi alma la necesidad de volver, de regresar y escribir como antes sobre el sentimiento que me hizo crecer. Tengo las manos vacías, las palmas abiertas, los dedos inertes de tanto querer…De sueños que traen de la nada motivos que me hacen volver a creer. Espero que os guste ,éste, mi Universo…

Sentado en un banco del andén, con su viejo cuaderno sobre las rodillas y con el abrigo de paño cubriéndole hasta las orejas. Nadie en la estación. El reloj marcando las 23:59 una vez más y su sangre apunto de congelarse. Cerró los ojos fuertemente y al abrirlos vio dos ceros terminando la hora…ella estaba sentada a su derecha, como siempre, preciosa.
Con el pelo del color de una puesta de sol en otoño y rizado a capricho dibujando curvas como olas en Nazaré. Sus ojos, cristales de luz golpeando los suyos mientras recorría una y otra vez el contorno de su cara…era, sin duda, la mujer que recordaba desde ayer.
Tímida y escurridiza, de manos suaves o al menos eso quiso este hombre entender. Honesta en la mirada, sonrisa generosa sin llegar a perder la incertidumbre del que sueña antes de que la ilusión se llegue a desvanecer. De respiración profunda, pausada y lenta como si regresara de correr, de volar lejos, muy lejos antes de reunirse cada noche con él.
Esta noche sería distinta, diferente, se lo había propuesto. Tomó sus manos sin dejar que pronunciara palabra, ella no debía entorpecer el discurso que tenía preparado. Con los labios temblorosos y las manos como torres de papel, la miró a los ojos decidido y vomitó aquellas palabras que de tanto tiempo escritas pareciera que habían llegado a envejecer…

Hoy sólo deseo pedirte disculpas, perdón, lo siento, me equivoqué. Por buscarte como lo hice, por llegar cada noche desde el universo donde llegué, por encontrarte en cada rincón sin darte la oportunidad a aparecer. Ahora entiendo que lo hice, me equivoqué. Por entregarte mi vida minuto a minuto, mis ilusiones, los momentos en que lloré. Entiendo que a veces llueve por dentro y jamás se moja la piel. Lo siento, porque casi te llego a perder. –
Ella le miraba fijamente y, por momentos, se acristalaban sus enigmáticos ojos verdes, pero jamás articuló palabra, si bien es cierto, llegó a apretar sus manos más de una vez. Pocas formas habría para manifestar Amor como lo hizo entonces aquella mujer.
He de serte sincero, llegué casi a enloquecer, a mirarme al espejo por segunda vez porque todos mis pensamientos tenían en tu silencio el argumento para volver, para luchar, para darte cuerpo una y otra vez, pero, lo reconozco, me equivoqué y no fue tuya la culpa. Fue del que te habló cada noche, del hombre que tengo que dejar de ser. –
Con el ademán confuso de comenzar a hablar sus labios de separaban y el aire salía de su boca pero jamás llegó a pronunciar palabra alguna, ahora entiendo, pues no había guión que transportar.
Quiero que sepas, mi vida, que fui culpable por dejarlo crecer, por no mediar entre su tamaño y la posibilidad de verlo nacer. Pero ahora siento que puedo, que existe otro modo de encontrarte, te tenerte más cerca que nunca, tan dentro que no lo supe ver. Buscaré con los ojos cerrados, sonriendo, sin miedo a quemarme aunque vaya a doler. Viviré sintiendo las caricias del viento y los azotes de la estupidez también, porque en eso consiste la vida, caerse y ponerse de nuevo de pie. Soltaré los amarres del tiempo pasado, las excusas, caparazones y todo cuanto coleccioné.

Me vestiré de Domingo, bailaré con todas las sombras, abrazaré sin medida hasta que los brazos me lleguen a doler. Porque tuve la culpa, lo admito, me equivoqué al buscarte como  lo hice, pero tardé en aprender lo que tarda un olivo en llegar a crecer. –

Cada vez menos luz en la noche, apenas se les podía ver. La figura de ambos era casi testimonio de un recuerdo. Él se lanzó a la aventura y ella se dejó atrapar por él, abrazados fuertemente, comenzaron a desvanecer sus reflejos y el sonido de un tren con timbre metálico se escuchaba a lo lejos una y otra vez.
– Gracias mi Amor, me diste la vida. Te volveré a ver. Porque vives hace tiempo en mi alma, en los besos que jamás regalé, en las frases que me guardo y en el olor que cada noche te robé. Hasta siempre Amor de mis noches, hasta siempre Amor, volveré… –

Al abrazarla fuerte, por última vez, esta se convirtió en agua. Universo líquido derramado sobre sus brazos, sobre las hojas de papel, sobre su cuaderno, sobre su abrigo…sobre el suelo de aquel andén. Sintió un dolor en el pecho, soledad y libertad al vez. Había sido sincero con la persona que más lo necesitaba, con el ser humano que lo acompañaría hasta llegar a fenecer.

El sonido, timbre metálico de su despertador, le retornó a la vida, había pasado la noche abrazando sus brazos, dirigiendo el Amor a quien lo merecía más que nadie escuchando su propia voz.

Se despertó con la almohada mojada, con los ojos agotados y erizada la piel. Después de aquella noche entendió que el Amor llegaría sin misivas ni mensajes, sin remites con intención de volver. Pues tienen los sueños vida corta si tratamos de hacerles vencer, desde la razón, a todas las ilusiones que les vieron crecer.
Desde aquel día no busca al Amor de su vida, lo encuentra cada mañana en la posibilidad de vivir. Ella aparecerá sin llamarla, sin que la busque, sin soñarla cada atardecer.

Los caminos del Universo son siempre inescrutables pero lo cierto es que ofrecen la posibilidad de poder volver a nacer…

Dedicado a todas aquellas personas que siguen creyendo en el Amor como motor de la Humanidad y elemento de acción universal. 

Espero que os haya gustado y os rogaría que si así fuera,votéis el artículo, os suscribáis en el formulario de la web para recibir de primera mano y en un mail mis publicaciones. Gracias por vuestra atención, sois muy importantes para mí.

Obra registrada a nombre de Justino Hernández en SafeCreative

 
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