Pintando mis ideas…
Solo los grandes piensan más con el corazón que con la cabeza, sólo los aventajados de la razón sentimental, sólo los que vieron venir la vida con ojos de chaval. Tengo la sensación de que hay que leer para vivir, vivir para sentir y sentir aquello que sueño. Porque no hay error más triste en la Tierra que haber pasado por ella y ser testigo de nada.
Es un verdadero placer darle rienda suelta a mis dedos, provocados por el furor de mi alma encadenada a cinco sentidos, cuando es la imaginación la instigadora de tantas y tantas letras reclamando acudir en manifestación de sentimientos encontrados. Qué suerte que tengo de poder expresar cuanto quiero, de querer cuanto deseo y de callar todo aquello que espero amortajar entre versos de difunto.
Quiero ser de los hombres imprescindibles pues de bueno se pasa a normal, y la norma no es más que el destino de los que jamás aspiraron a más. Búscame detrás de lo raro, me tendrás entre aquellos que van recorriendo los campos de barro y las montañas de pan. Quiero marcar la senda que otros pisaron, aquellos que me cautivaron en la universidad, los que me hicieron coger la guitarra y, trenzando con música y paz, me regalaron canciones de pobre, canciones que jamás podré olvidar.
Entre tanta gente que juega con los ritmos de la palabra, me siento un titiritero saltando de acá para allá. Hoy he leído en Perú, Brasíl y Madagascar, hasta en inglés me conocen y quiero llegar más allá. Qué bello ser tan pequeño que todos te puedan mirar, jamás me sentí más humilde que cuando escribo sin más.
Otro día más que se marcha, qué lástima recordar otra oportunidad que se va, otro motivo perverso para ponerme a teclear…
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