Emocionalia

Una ventana a la vida…

Una ventana a la vida…

Hoy me levanté temprano, haciendo que mi Domingo se solidarizara con sus hermanos días laborales de la semana, quizá no tanto por igualarles sino porque me estoy aclimatando paulatinamente a la forma de dormir de los más que adultos, es decir, poco y fraccionado.

Una ventana a la vida...Como cada mañana, como hace muchos años, un deseo irrefrenable me ha llevado hacia la ventana para saludar a un nuevo día y presentarles mis respetos por poder vivirlo una vez más. Últimamente, y atendiendo a los acontecimientos que voy dejando por el camino, tal situación ya no se da tanto por hecho, vivir es una autentica bendición. He abierto la ventana y una bofetada maravillosa de vida  me ha golpeado la cara mientras una bocanada de aire fresco y nuevo se adentraba en mis pulmones como queriendo sacarles del letargo de la noche. El sonido de los pájaros, el murmullo del agua del río y el azul del cielo ha terminado por presentarme un fabuloso día, una extraordinaria oportunidad de ser, de sentir y de saberse vivo.

Lamentablemente hoy me asedió  la memoria una fecha que hace casi treinta años me hubiera arqueado los labios de forma cóncava sin siquiera poder remediarlo. Entonces era un chaval imberbe, necesariamente cargado de sueños y utopías por alcanzar, y toda una vida por delante en la que sólo existía el futuro, un futuro que parecía que nunca iba a llegar. Hoy son las fiestas de mi barrio, de mi círculo vital, del lugar que me vio nacer y crecer, del hábitat que considero para guardar mis recuerdos y el olor de sus ecos.

Una ventana a la vida...Como luz que ilumina los sueños y mece paciente las noches, esta mañana me devolvió a la niñez. Corría septiembre de hace ya muchos años y las banderolas engalanaban de balcón en balcón las calles de mi barrio. El olor a fiesta inundaba cada casa y se sentía la necesidad de compartir con los demás que aquellos días eran diferentes al resto. Los cohetes ponían banda sonora fugaz en el cielo y los críos correteaban detrás de los cabezudos mientras éstos bailaban al son de un tamborilero, en mi opinión, una figura que jamás tuvo el reconocimiento que debiera pues su sonido siempre será nos llevará más lejos que cualquier modo de transporte conocido. Mi madre acompañaba a mi padre a la misa-procesión del Cristo de San Lázaro, talla e iglesia que, desgraciadamente, han acompañado nuestras vidas sin otorgarles el valor que merecen. Todo era sol, alegría, niñez y camaradería…

Una ventana a la vida...Esta mañana ya no escucho el sonido de mis recuerdos, ya no quedan niños que contar, ya no surge la risa de lo espontáneo y tan sólo me queda media sonrisa. Trato de buscar debajo de mi memoria los flecos de un tiempo que se llevó a muchos vecinos, vecinas, a tantos amigos al otro lado de la eternidad y parece que con mi burdo intento les regreso al suelo de mi barrio para que lo puedan disfrutar. Creo que la melancolía me abraza con demasiada asiduidad, e imagino, supongo, quiero pensar, que también lo hizo con otros que me precedieron ya que evocar no es más que luchar por regresar a momentos que te dieron todo lo que eres.

Pero hoy no quiero estar triste, qué va, hoy tan sólo quiero disfrutar, asomarme a la ventana respirar, regalarme este momento y saberme ciertamente afortunado. Ojalá que el futuro en el que ya me encuentro le tenga preparado a los niños de ahora, en forma de presente, tantos recuerdos que ser empaquetados como lo hizo conmigo. Preso de la nostalgia tuve la necesidad de escribir, como siempre, como tantas veces. Quise contarte, a ti que me lees, cómo comenzó mi día y como fragua mi vida el son que marcan los minutos de ida. Toma de cada palabra, de cada frase lo oportuno y desecha no baladí. Tan sólo fue un arrebato de franqueza un simulacro de vivir…Felices Fiestas, a mi gente, a mi Barrio!!

A mi Amigo Alberto de la Cruz por ayudarme, siempre, a recordar…

Espero que os haya gustado y os rogaría que si así fuera, os suscribieseis en el formulario de la web para recibir de primera mano y en un mail mis publicaciones. Gracias por vuestra atención, sois muy importantes para mí.

Obra registrada a nombre de Justino Hernández en SafeCreative.

 
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4 comentarios en «Una ventana a la vida…»

  1. Javier Maroto García

    Llego a este rincón desde Torremolinos, atraído por un ex alumno suyo que me capturó con un comentario sobre used en youtube.
    Siga escribiendo si es lo que le llena, sus textos no caen en el olvido ni son el valde.

     
    1. Justino Hernandez Carretero Autor

      Muchísimas gracias Javier, es un placer, además de un honor, ser leído por personas que apenas conocen de mi existencia. Mis textos surgen de la necesidad de escribir y se mantienen del ánimo de ser leídos para llenarlos de vida. Celebro la invitación de ese ex-alumno mío que me gustaría conocer y le envío un saludo afectuoso a tierras malagueñas.

       
  2. Miriam

    Me siento identificada con tus pensamientos, ojalá los que nos suceden pudieran tener esa suerte que otros tuvimos de vivir un mundo de calle, de risas, de balón, de comba, de bicis… de sentir la vida, vida que ha cambiado y algunos podemos tener la suerte de sentir nostalgia al recordarla. Esos tiempos, al menos en mi caso, han hecho que yo me esmere para que otros tengan la posibilidad de sentir esa nostalgia sana el día de mañana.Somos lo que somos en parte, gracias a lo que fuimos.
    Me alegra poder leerte, sigue escribiendo así compañero . Es fantástico.

     

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